La Última Parada del Tren

Carlos E. Martinez
4 min readOct 17, 2020

Carlos E. Martínez, General de Brigada, USAF, Retirado

Yo nací en la Habana y vine a los Estados Unidos con mi familia cuando tenía menos de tres años. Primero viví en varias ciudades del norte, pero a los seis años mis padres compraron una casa en Miami para estar mas cerca a la familia en Cuba. Por los próximos cuatro años nos íbamos de vacaciones a Cuba. Pero, después de que Castro tomó el poder, no pudimos regresar más. Sin embargo, pudimos seguir viendo a la familia porque durante los siguientes años muchos pasaron por nuestra casa como refugiados de Cuba.

Mis padres recibían a todos con los brazos abiertos. Algunos pasaban por nuestra casa por unos días nada más. Pero, otros tuvieron que vivir en nuestra casa hasta que se pudieran establecer en su nuevo país. Por ejemplo, mis dos padres, mi tía y mi tío, mis dos primos y yo vivimos en nuestra casa de dos habitaciones durante mucho tiempo. Me gustó mucho tener a mis primos allí; pensé en ellos como los hermanos que nunca tuve. Poco a poco, todos consiguieron trabajo y pudieron establecer sus propios hogares.

Este cuento es uno que muchos cubanos conocen bien — la necesidad de empezar sus vidas de nuevo en un lugar extraño. Lo que todos tenían en común es que tuvieron que dejarlo todo en Cuba, y llegaron aquí nada más que con lo que pudieron meter en una maleta. Pero, gracias a las riquezas de este país y la libertad que encontraron aquí, pudieron sobrevivir su expulsión de su patria.

Esta misma historia ha sido repetida muchas veces por grupos de inmigrantes de todo el mundo, muchos de los cuales vienen aquí como refugiados de la pobreza, la guerra, el odio, el crimen y la tortura. La Estatua de la Libertad siempre ha servido como un faro para guiarlos a un lugar donde podrían encontrar una vida mejor. Vivo en las afueras de la capital de este país. En nuestro barrio hay vietnamitas, sirios, mejicanos, salvadoreños, guatemaltecos, iraníes, nigerianos y muchos más. Todos han venido aquí porque los estados unidos siempre ha sido el mejor lugar en el planeta en que vivir y para tener una familia.

Como estadounidenses, hemos disfrutado de libertades en este país que estaban ausentes en los países de los que venimos. Aquí, podemos reunirnos libre y pacíficamente para expresar nuestro descontento con las políticas y acciones del gobierno. Aquí podemos votar sin temor a la intimidación o represalias del gobierno. Aquí nunca hemos temido la violencia de bandas itinerantes de civiles armados que apoyan opiniones extremas. Aquí, sabemos que la misión de los militares es defender a la nación y no solo cumplir con las órdenes del gobierno. Y aquí sabemos que el imperio de la ley es supremo, que podemos contar con el sistema legal para apoyar y defender nuestros derechos y no ser utilizados como otra herramienta del gobierno para reprimir la disidencia.

Hoy temo que estos tiempos hayan llegando a su fin. Hoy tenemos un presidente que llama criminales a los inmigrantes del sur de nuestra frontera, que no permite que los refugiados de Siria huyan de la guerra, y que considera a todos los musulmanes como enemigos de este país. Con sus palabras y acciones, ha encendido el odio contra los inmigrantes y las personas de color, lo que a veces ha resultado en la muerte de personas inocentes. Además, este presidente aprecia mucho a tiranos como Vladimir Putin, Kim Jung-un, Recep Ergodan y Xi Jingping. Quiere ser como ellos e incluso ha bromeado diciendo que tal vez pueda ser presidente no solo otros cuatro años, sino posiblemente ocho o doce años más. Como estos tiranos, este presidente ha utilizado su departamento de justicia para su propio beneficio y ha abusado de sus poderes presidenciales para perdonar a personas que han cometido delitos en su nombre. Además, como un tirano, ha utilizado sus fuerzas policiales para reprimir protestas públicas. Finalmente, como siempre hacen los dictadores, este presidente ha dicho miles de mentiras durante los últimos cuatro años para engañar al público.

Una de las mentiras que ahora cuenta para asustar a los votantes es que Joe Biden y los demócratas son socialistas que van a establecer una dictadura socialista y comunista como la de Cuba o Venezuela en este país. La verdad es que Joe Biden y los demócratas siempre han apoyado una economía capitalista. Esta mentira tiene como objetivo confundir y engañar a las personas que no saben que el socialismo es bastante diferente a los programas sociales como el Seguro Social y Medicare. Expandir estos programas en beneficio de más personas es todo lo que los demócratas quieren hacer, no establecer una economía socialista.

Me temo que si la gente no se despierta y reconoce al presidente como el presunto dictador que realmente es, es muy posible que esta nación deje de ser el último refugio con el que podamos contar. La verdad es que no hay otro país en el mundo al que podamos huir. Esta es “la última parada del tren”.

Así que, en esta temporada de elecciones, no se quede de brazos cruzados. Salga y vote como si su futuro y el futuro de nuestros hijos e hijas dependieran de su voto y haga lo que yo haré: darle a Joe Biden mi voto para presidente.

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